Los lagos son de agua dulce o salada, embalsada (acumulada) en depresiones de tierra firme permanecen desde pocas semanas o meses o varios cientos de años se forman por procesos tales como: la deformación o la fractura de rocas estratificadas (fallas geológicas), por la represa natural en un río causada por la vegetación, por deslizamiento de tierras, por los glaciares que excavan amplias cuencas. Los lagos pueden formarse a cualquier altitud y están distribuidos por todo el mundo.
El agua de un lago procede de la precipitación atmosférica que lo alimenta, de manantiales, arroyos, el nivel del agua varia de acuerdo al clima que se ubiquen. Cuando los lagos tienen un río emisario, sus aguas se mantiene dulce; pero cuando no la evaporación acaba de convertir sus aguas en saladas. Su oleaje depende del viento.
Los lagos presenten fronteras bien definidas, las orillas (litoral), las paredes de la columna de agua, la superficie del agua y los sedimentos. Pero además los grandes lagos e pueden dividir en zonas verticales y horizontales de acuerdo a la penetración de la luz, tempetura, distribución, de los organismos y el relieve.
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